Cada flor y cada planta tiene un significado único y especial, y, como no podía ser de otra manera, los girasoles no son la excepción. Y es que estas preciosas flores de color amarillo y negro tan características —de hecho, son muy representativas en algunas películas como Shrek o Todo está iluminado— simbolizan como ninguna otra flor la alegría, el optimismo y la vitalidad. Y es que no es de extrañar, porque al fin y al cabo, si hay algo por lo que se caracterizan los girasoles es por siempre buscar la luz… es decir, lo más positivo de la vida.
¿Cuándo es el mejor momento para regalar un girasol?
Los girasoles suelen florecer desde mediados de primavera y durante el verano, en junio y julio sobre todo. En este sentido, están más asociados a la época estival. En todo caso, afortunadamente es posible encontrar en nuestra floristería los girasoles durante todo el año. En este sentido, en referencia a la pregunta que nos hacíamos al principio de este apartado, el mejor momento para regalar un girasol es ahora. Sobre todo cuando necesites darle una alegría a alguien que se encuentre en un momento muy triste o con muchos desafíos por delante. Y es que gracias a ese amarillo tan característico, consigue revitalizar la estancia. En todo caso, también son un regalo perfecto para cumpleaños y aniversarios, y no solo como gesto de apoyo en momentos complicados.
Historia de los girasoles
Los girasoles son unas flores con muchísimos siglos de historia. Sus orígenes se remontan a América del Norte, donde los nativos americanos la utilizaban su semilla para hacer tortas e incluso también lo usaban para hacer un compuesto con el que teñían sus ropas de colores. Sin embargo, el uso de esta flor como decorativa y para regalar no sucedió hasta siglos después, tras muchos años en los que esta planta estuvo extendiéndose por todo el planeta.Y hoy en día, sin duda, es una planta muy útil con la que, además de usar como decoración, igualmente se utiliza para la producción de aceite.
Mitología
La historia real de los girasoles es muy interesante pero la historia mitológica lo es aún más. Y es que dice la leyenda que los griegos contaban que una ninfa llamada Clytia se enamoró totalmente de Apolo, el dios del Sol, que desafortunadamente no sentía lo mismo por ella. Todo esto hizo que muriera triste y desdichada, hasta tal punto que al morirse se transformó en un girasol, ya que esta planta se pasa la vida siguiendo al Sol por el cielo. Todo ello lo han convertido en un símbolo de la lealtad y admiración y, por ello, han sido representados como tal a través del arte y la literatura.
¿Por qué regalar un girasol?
Por todo lo dicho anteriormente, queda claro que al regalar un girasol estamos compartiendo la energía positiva que implica, además de que es una flor muy bella. Tampoco podemos olvidar que el hecho de regalar una flor es algo que va más allá de las palabras, porque todas las flores llevan implícito un mensaje con el que podemos decir muchas cosas cuando nuestras palabras no salen de nuestra boca. Y precisamente cuando alguien necesita un mensaje de ánimo, de que todo va a salir bien, de que vas a salir de un momento oscuro, los girasoles lo hacen por ti, y ayudan a cultivar la felicidad de la persona a la que lo regalas.